jueves, 1 de marzo de 2012

Muy temprano en la vida

Dicen mis hermanos que yo recuerdo cosas que probablemente no sucedieron porque ellos no las recuerdan, puede ser que cuando yo era más pequeño no sabía distinguir entre los sueños y la realidad o que mis hermanos tiene una memoria muy volátil... no lo sé, pero lo que sí sé es que desde muy pequeño he tenido un gusto excepcional por la música. Recuerdo que tenía un casete (porque en esos tiempos no existían los CD's y mucho menos los reproductores MP3) de música para niños que me gustaba mucho escuchar vez tras vez. Aprendí todas las canciones y hasta detalles de los arreglos musicales que lograba captar con mis pequeños oídos. En varias ocasiones pasé al frente a cantar alguna de esas canciones en la iglesia. Luego cuando estaba en primer grado me regalaron para mi cumpleaños número 6 un pianito electrónico de juguete que solo tenía diez botones numerados del 1 al 10 representando las notas. También traía un papelito con una especie de código con números que me decía que numero presionar y cuantas veces para lograr tocar una melodía y fue allí donde se despertó en mí un interés especial por la música. Mi papá escuchaba mucha música clásica en la casa y a mí me gustaba sentarme con él a escucharla, también la escuchaba mientras estaba jugando o haciendo tareas y lograba captar detalles de esas obras clásicas de Beethoven, Vivaldi, Bach y muchos otros, siendo uno de mis favoritos Vivaldi por su harmonía con los violines.

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